Recientemente, un estudio destacaba la necesidad de impulsar el bienestar laboral en un momento en el que la empresa social está en auge. Sumado a esto, la fuerza de trabajo actual se decanta por empresas que apuestan por algo más que una buena remuneración. Así lo reflejan encuestas como la llevada a cabo por Randstad, que ponen de relieve que un 727.100 trabajadores en España desearía trabajar menos horas, aceptando con ello una reducción proporcional de su salario. Esto revela que valores como la conciliación y flexibilidad laboral están ganado terreno a otros factores como el salario.
En esta línea, otra investigación investigación a cargo de Randstad concluía que el 55% de los profesionales españoles sitúa a la conciliación como el factor más importante para escoger una compañía en la que desarrollar su carrera laboral, frente al 45% de los ocupados del resto de países. Respecto al resto de países, sólo Singapur supera a España, con el 64%.
No obstante, otros de los elementos que comienzan a ser relevantes son la seguridad laboral, un buen ambiente de trabajo, las oportunidades de carrera profesional y la salud en sus diversas vertientes. En cuanto a este último aspecto, según diversos expertos, la razón de su cada vez mayor peso en las organizaciones reside en los beneficios que empresas y trabajadores obtienen. Así, impulsar un modelo de empresa saludable permite reducir los índices de absentismo y baja por enfermedad, así como mejorar el rendimiento.
Como ejemplo de buenas prácticas vinculadas a la salud, la promoción de una alimentación sana y el fomento de la práctica deportiva se posicionan entre las más comunes entre las empresas. Sin embargo, los beneficios que aportan las acciones dirigidas a mejorar la salud de los profesionales van más allá de una mera mejora productiva. El deporte, de hecho, se ha convertido en una fórmula que permite reforzar el sentimiento de pertenencia y la unidad de equipo.
En este sentido, los tres pasos a seguir para implantar una rutina deportiva en la empresa:
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