Barreras al talento

Barreras al talento

En nuestro día a día, si queremos avanzar es necesario identificar los posibles problemas que se nos presentan, para así ponerles solución. Según esto, enumeramos algunos de los límites más comunes a la hora de que los trabajadores puedan desarrollar plenamente sus habilidades y competencias:

Jefes que no lideran: Cuando los jefes dejan de lado su labor de guía, más preocupados por otras cuestiones como la obtención de resultados a corto plazo o la gestión del detalle, serán un obstáculo en el desarrollo de su gente.

Falta de objetivos: El establecimiento de metas definidas permite que nuestros esfuerzos se focalicen y sacar el máximo partido de nuestras competencias y habilidades. 

Poco autoconocimiento: para desarrollarnos, hay que conocer nuestras propias fortalezas, áreas de mejora, preferencias, etc. Sin sistemas de evaluación de objetivos es muy difícil ayudar a las personas a descubrir su potencial, ya que quedan a merced de tener un buen jefe que sepa identificar esos factores y que les proporcione una retroalimentación constructiva.

Trabajar en proyectos inadecuados: Es muy importante desarrollar la labor profesional en el proyecto o la faceta que mejor se adecúa a nuestro perfil, competencias y conocimientos. Si la empresa no ha identificado previamente muy bien las competencias necesarias para el desempeño de ese puesto, nos arriesgamos a quedar atrapados por un trabajo que no nos permite sacar lo mejor de nosotros mismos.

 

Falta de comunicación: Es necesario saber cómo estamos avanzando en nuestro trabajo, qué se está haciendo bien y qué aspectos necesitan ser reconducidos, así como encauzar hacia el camino correcto todos los esfuerzos.

Desconfianza: Un clima laboral enrarecido, en el que perdemos la confianza hacia el jefe o hacia los compañeros, puede hacer que acabemos perdiendo también la confianza en nosotros mismos. No es un entorno propicio para el crecimiento.

No adaptarse a los cambios: Las empresas en la actualidad se encuentran en un continuo proceso de transformación y los profesionales trabajan en un entorno de incertidumbre que es necesario saber gestionar. Ser poco flexibles y no estar dispuestos a amoldarnos a las nuevas exigencias harán que nos quedemos atrás.

Poca autocrítica: Los profesionales deben ser más conscientes de sus acciones y del impacto que tienen en sus organizaciones. El error es necesario para evolucionar, y todavía lo es más saber reponerse de las equivocaciones y aprender de ellas.

Falta de compromiso con nuestro propio desarrollo: Nosotros mismos podemos convertirnos en un obstáculo insuperable para nuestro desarrollo profesional porque a menos que tomemos las riendas de nuestra carrera no lograremos llegar muy lejos. La empresa puede y debe ayudarnos y proporcionar medios para favorecer esa evolución, pero en ningún caso se le puede trasladar la responsabilidad de hacer crecer nuestro talento.

vía: ORH.com

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