Workaholic: adictos al trabajo

Workaholic: adictos al trabajo

Aunque algunos justifican la adicción al trabajo, ser un profesional de alto rendimiento no significa ser un ‘workaholic’, porque esto lleva a la ineficacia y al estrés.

Piensa durante unos minutos y analiza si sabes qué quieres conseguir con tu trabajo; cuánto crees que necesitas para vivir dignamente; si en algún momento de tu carrera has reflexionado antes de actuar; si estás dejando que te exploten y no has conseguido aún tomar las riendas de tu propia carrera profesional.

La cuestión es que ser un profesional de alto rendimiento no implica ser un workaholic. Convertir la necesaria abnegación en una gestión ruinosa del tiempo lleva inevitablemente a la ineficacia, a la depresión y al estrés.

workaholic

Cada vez más expertos aceptan que planificar y encontrar tiempo suficiente para algunas distracciones y desconexiones es posible y hasta conveniente, porque ser productivo no significa estar sentado muchas horas en tu sitio y la eficiencia no tiene que ver ni se mide ya por el simple hecho de estar.

Realidades ya consolidadas como el hecho de no tener que estar en la oficina para desarrollar nuestra actividad profesional no impiden que sigamos dedicando aún más tiempo a nuestro trabajo. Parece que la tecnología es uno de los factores que favorece la dedicación las 24 horas al día. Lo que ocurre realmente es que desaparece la jornada de trabajo de 9 de la mañana a cinco de la tarde, e incluso la necesidad de trabajar en la oficina. Sin embargo, las fronteras físico-temporales de la propia actividad profesional cambian, y todo esto depende de cada persona y de cada momento.

Y aquí entran en juego los happyshifter, profesionales que tienen una carrera, son emprendedores, y en ocasiones no trabajan menos, sino más, sin que ello tenga un aspecto negativo, sin ser adictos al trabajo. Aman su profesión, y por eso suelen dibujar una línea mucho más fina entre su vida personal y profesional.

La realidad es que tenemos que trabajar y pasar un tercio de nuestros días en uno o varios puestos. Por ello, la postura más equilibrada y sana es tratar de ser feliz trabajando.

 

vía: Emprendedores&Empleo

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