Pedir un aumento de sueldo tiende a ser una tarea a la que muchos trabajadores temen. Son múltiples las dudas que nos asaltan ante este tema y lo más común es coger lo que la empresa termina por ofrecernos. ¿Realmente me lo merezco? ¿Cómo lo enfoco? ¿Debo resignarse a lo que me ofrecen?
Segúna una encuesta reciente, solo un 38% de los candidatos intentó negociar la oferta salarial que la empresa sugería. Esto es un error, ya que 7 de cada 10 empresas estaban dispuestas a negociar con cierto margen de incremento.
A continuación, algunos consejos útiles para hacer frente a un aumento del salario:
1. Busca referencias salariales
Son muchas las webs que informan sobre los rangos de salario en los diferentes cargos. Esto te permitirá tener una mejor orientación sobre cuánto pedir o cuánto aceptar, en función de la oferta.
Para ser más preciso puedes informarte a través de personas que trabajen o hayan trabajado en la compañía. Ante este colectivo, es bueno tener en cuenta que si se fueron de esa empresa estarán más dispuestos a responder con mayor franqueza cuáles son los verdaderos rangos salariales que manejan en la compañía.
Algunas firmas de selección de personal también pueden reportar información, así como las propias empresas las cuales muchas publican informes anuales en los cuales se desglosan los rangos salariales.
2. Infórmate sobre la empresa
No debes quedarte en saber la retribución económica de tu cargo, es necesario ir más allá. ¿Se trabajan muchas horas extra? ¿Son horas pagadas? Cuanta más información tengamos, mejor podremos negociar la oferta salarial.
En este sentido, las empresas trabajan la negociación en torno a tres ejes: la competitividad del candidato (atracción y retención), la equidad (distinciones entre candidatos) y costo (financieros y otros). Ante esto, cada persona también debería tener claros sus propios ejes de negociación: poder adquisitivo, reconocimiento y legitimidad.
3. ¿Cuánto vales?
A la empresa le interesa cuál va a ser tu aportación económica como empleado. Es decir, qué beneficio van a sacar al tenerte en la plantilla. Se trata de darle valor a tus habilidades, describiendo tu trayectoria de forma que se vincule con el beneficio monetario que podría obtener la compañía.
4. No seas el primero en hablar de números
Como postulante a un empleo no debes ser el primero que pregunte ni negocie sobre el sueldo. Debes dejar que el entrevistador sea el que lance la oferta por parte de la empresa en términos económicos.
En el caso de que sea la empresa quien te pregunte sobre el sueldo que deseas percibir, lo mejor es afrontar la respuesta de manera indirecta. Es decir, hacer referencia a la investigación previa que se ha hecho en función de la categoría a la que postulamos y ofrecer un rango acorde a la misma. A partir de aquí, vincularlo con la propia experiencia y los logros obtenidos y fijar un dato estimado.
5. La motivación es clave
Si únicamente se valora el importe monetario, lo mejor es apostar por la cifra más alta que consideramos que debemos percibir (pero también, considerar la más baja que estamos dispuestos a aceptar).
Por otro lado, las empresas valoran la motivación del empleado en tanto que pretenda aportar valor a la empresa o pretenda mejorar su balance a nivel laboral y personal. En este caso, la negociación deberá afrontarse de manera muy distinta, apostando por factores más allá de una cifra.
vía: equiposytalento.com
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