Aunque más del 50% de los empleados a nivel mundial son mujeres, menos del 25% ocupan cargos de alta dirección. Se habla mucho sobre la cuestión, se conocen los datos y la información es veraz, pero nada de lo hecho hasta ahora ha modificado la ausencia de mujeres en puestos directivos.
Las empresas ocupan el papel protagonista en este escenario, de su gestión dependerá que la tendencia varíe de rumbo y la paridad de género se convierta en algo perteneciente al pasado. La inclusión consciente es “crear el deseo, los conocimientos y la capacidad en las personas para tomar decisiones que creen negocio, y pensar y actuar con la intención consciente de incluir a mujeres en los puestos directivos”. Los datos apuntan a que pasarán 17 años antes de lograr la paridad de género en las empresas, según auguran los directivos encuestados, lo que significa que, según su opinión, habrá que esperar otra generación más allá de los Millennials.
El 93% de los directivos de larga duración confían en que los Millennials lograrán la igualdad de género, confianza que también tienen en sí mismos los Millennials, quienes están seguros de que son la generación que conseguirá la paridad de género. El 100% de las mujeres pertenecientes a esta generación creen que conseguirán la paridad pero que, a diferencia de los directivos actuales, han de pasar 22 años para que sea una realidad.
Desarraigar la cultura masculina del mundo empresarial será el primer gran paso a la hora de lograr la paridad de género. Este cambio debe estar liderado por directores ejecutivos comprometidos con la incorporación consciente de mujeres en altos cargos. Los hombres saben que esta es la principal vía y, al ser ellos los que implantan las políticas, son quienes pueden impulsar la tendencia actual. Los hombres entrevistados saben que no basta con compromisos verbales, también tienen que sucederse cambios medibles. Por su parte, tampoco resulta fácil para las mujeres ascender en una cultura de liderazgo masculina tan arraigada, luchar contra prejuicios inconscientes y estereotipos.
Las mujeres no buscan favores ni ventajas, solo oportunidades igualadas al género opuesto. Si bien es cierto que algunas políticas pueden ayudar a que las mujeres accedan a puestos de liderazgo como lo es la flexibilidad, ligada a la concentración en los resultados y no tanto en la valoración del rendimiento a través del presentismo en el lugar de trabajo. El 42% de los directivos cree que la flexibilidad en el trabajo es clave para que más mujeres asciendan a puestos de liderazgo.
Integración de vida laboral y personal
Una vida integrada es una aspiración de la generación Millennial quienes se muestran optimistas y creen que su futuro trabajo será flexible. Los avances tecnológicos y la disociación del trabajo será una ventaja tanto para la organización como para los núcleos familiares. Los Millennials buscan perseguir sus objetivos profesionales y personales cuando más les convenga y, además, están seguros que será su generación la que consiga el cambio de mentalidad y cultura. La generación que consiga la paridad de género.
vía: ORH.com
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