Quizá te resulte exagerado pensar que Facebook pueda ser una herramienta definitiva para que los reclutadores que tienen un trabajo para ti sepan quién eres realmente y cómo reaccionas profesionalmente. Hasta ahora, numerosos estudios internacionales han concluido que la red social es un predictor casi perfecto de nuestro éxito profesional.
Aquellos que tuvieran dudas acerca de la eficacia de Facebook para revelar la verdadera personalidad de los candidatos y su aptitud para un puesto deberían saber que un reciente estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA, una de las biblias científicas mundiales junto con Science, Nature, o The New England Journal of Medicine ha otorgado marchamo científico a las nuevas oportunidades del reclutamiento social y a las supuestas virtudes de los Me gusta en la red creada por Zuckerberg para predecir el éxito profesional.
El estudio de Proceedings concluye que «los juicios sobre la personalidad de quienes muestran una huella digital genérica (los Me gusta de Facebook) son mucho más precisos que aquellos basados en los test de personalidad». Esto ha permitido incluso desarrollar un algoritmo que utiliza los Me gusta para crear perfiles.
La cuestión es si realmente se puede adivinar cómo reaccionaremos profesionalmente en función de lo que publicamos en las redes. Hay quien piensa que la conducta está reflejada en Facebook o en Twitter, y que ambas implican una autenticidad muy útil para los reclutadores.
Andrés Pérez Ortega, consultor en posicionamiento personal, cree sin embargo que «lo que en realidad puede averiguar sobre ti un empleador, cazatalentos o empresa de selección a través de una red social es sólo la punta del iceberg de lo que puede conocer la propia empresa de Zuckerberg, pero aun así se pueden obtener muchos datos de un candidato o de un empleado. El problema es cuando esos datos pasan por el filtro de quien hace la búsqueda y son interpretados de forma subjetiva».
Para Ortega, «no es lo mismo subir uno o dos comentarios a Facebook a lo largo del día o compartir un par de artículos fuera de horas de trabajo que estar a todas horas dando a Me gusta, compartiendo o generando contenidos desde cualquier tipo de dispositivo. La frecuencia excesiva puede indicar que la persona está descentrada y dedicando una parte de su tiempo más o menos grande pero constante a esta actividad. El problema no es tanto el tiempo empleado en crear o compartir como la revisión constante y cada dos minutos para ver qué efecto ha provocado».
Sé tú mismo
Guillem Recolons, socio de una conocida empresa dedicada al corporate and personal branding, recuerda que la privacidad total ya no existe: «Si crees que puedes usar Facebook bajo la premisa de que tienes un perfil privado, debes tener en cuenta que a través de tus amigos es posible acceder a éste». Los reclutadores pueden hacerlo. Recolons recomienda que «si quieres hablar de fútbol, o de cualquier tema ligero, puedes hacerlo, pero has de tener en cuenta la forma en la que hablas, la parcialidad, el tono… Todo ello puede ofrecer un perfil psicológico acerca de ti que resulta determinante». El consejo de Recolons es que «no te cortes. Cuando publiques algo en la red social, procura que lleve tu sello, que te defina realmente». Si eres gracioso, sé gracioso; si eres ocurrente, no lo ocultes. No te guardes nada ni pretendas ser quien no eres. Tarde o temprano se descubrirá.
¿Personal o profesional?
Pérez también cree que aunque Facebook no es la herramienta más apropiada para trabajar -hay demasiado ruido, contenidos frívolos y falta de especialización- sí es posible hacer un uso profesional de la red, sobre todo si se usa como un complemento a otras herramientas como el blog.
Pérez se refiere asimismo a la imagen frívola o menos profesional de Facebook como una posible desventaja si se quiere utilizar esta red social para transmitir una sensación profesional. Sin embargo, si se escogen adecuadamente las imágenes y los contenidos más personales y privados que se suben a ese tipo de redes sociales, pueden transmitir una imagen más completa y cálida del profesional: «Si la calidad de los contenidos nos da una idea sobre la credibilidad del candidato, las informaciones más personales nos ayudan a entender sus valores y a generar química… o rechazo».
Pérez cree que «al conocer el ecosistema del candidato, un buen seleccionador puede sacar conclusiones relacionadas con su estilo de vida, el nivel social o su madurez».
En este sentido es un buen campo de pruebas.
Vía:Expansión.com
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