¿Cuáles son las principales prioridades de los trabajadores actualmente?

¿Cuáles son las principales prioridades de los trabajadores actualmente?

concilliación 1El salario tradicionalmente ha constituido el centro de la relación entre una organización y los profesionales que trabajan en ella, aunque los cambios sociales han modificado en parte esta percepción. El Observatorio de Empleo de una conocida ETT ha detectado una ligera inflexión en las prioridades de los trabajadores a la hora de buscar un empleo.

A la solvencia económica, se une otro factor cada vez mejor valorado: la conciliación. La facilidad que una compañía brinda a sus profesionales a la hora de compaginar la faceta profesional con la vida familiar se muestra como un elemento cada vez más importante.

El Observatorio de Empleo  destaca también la estabilidad profesional como otro elemento fundamental para los profesionales que se encuentran en fase activa de búsqueda de empleo, y más si se analizan los datos oficiales.

Debido a la situación que está viviendo en estos momentos el mercado laboral en España y que se refleja en la última EPA (Encuesta de Población Activa) con 5.896.300 desempleados, muchas personas se han visto obligadas a desplazarse al extranjero, provocando la ausencia de uno o varios miembros en el seno familiar.

Por otro lado, el reconocimiento del esfuerzo, la proyección profesional dentro de la empresa, el clima laboral y la formación adicional son igualmente consideradas. La sociedad entiende cada vez más el papel de la compañía como ciudadano corporativo, por lo que incluso las políticas de responsabilidad social y las estrategias medioambientales se tienen en cuenta por parte de una nueva generación de profesionales preocupados no solo por obtener un buen empleo, sino de ser parte de una organización que basa su actividad en unos principios sólidos.

Identidad corporativa

En lo relativo a las necesidades que una empresa busca satisfacer a través de un proceso de selección, sigue imperando la adecuación del perfil profesional al puesto ofertado. Sin embargo, ya no es suficiente con cumplir con una serie de habilidades sociales o un saber técnico. La capacidad para trabajar en equipo, la rapidez para reaccionar ante una posible crisis o la planificación del trabajo se han convertido ya en requisitos inherentes a la mayoría de las ocupaciones, mientras que el compromiso y la vinculación con la identidad de la corporación son valores imprescindibles en cualquier candidato.

víaEquiposyTalento

Tres minutos de gloria es todo lo que necesitas para conseguir un ascenso. El tiempo que dura un viaje en ascensor o una canción puede cambiar el rumbo de tu carrera. Eso sí. De nada te servirá ser un estupendo vendedor de tí mismo si no avalas con hechos concretos y contrastables todo tu potencial. Avanzar una posición en la pirámide profesional es la llegada a la meta de una carrera de fondo de la que tú eres el único responsable. Andrés Fontenla, fundador de Fontevalue Consulting, advierte de que «la clave para progresar en el trabajo y tener una carrera ascendente es tener un buen rendimiento, saber resolver los retos que se plantean continuamente y contar con buenas cualidades. No depende tanto del mito de hacer la pelota al jefe o de ser muy buen político». Si crees que estás preparado y que te has ganado un ascenso, antes de abrir la puerta del despacho de tu jefe, prepárate a fondo para aprovechar tus tres minutos: 1. Debes tener muy claro en qué empresa trabajas y hasta dónde puedes aspirar. Confirma que tus objetivos profesionales son factibles en tu organización. Gerardo López-Quesada, director de experiencia de cliente de DeCV&Partners, afirma que «la cultura de cada compañía determina qué comentarios son aceptables y cuáles están fuera del parámetro de dicha cultura». Según Fontenla, este primer minuto resulta crucial para dejar claro que eres resolutivo, planificador, que cumples tus objetivos y que también sabes emprender». Lo último queda patente desde el momento en que eres el que da el primer paso: eres tú quien solicita el ascenso. Demuestra resolución al presentar tu candidatura de forma ordenada, que quede claro que la planificación es algo que dominas. López-Quesada añade que la receta para un buen comienzo «consistiría básicamente en establecer una relación de causa efecto entre los atributos de tu propia marca personal y el beneficio que obtendrá tu empresa o la persona que pueda proponer tu ascenso». Recuerda que, aunque eres el protagonista absoluto de la historia, si haces ver que la organización y otros pueden ganar con tu ascenso es posible que sea visto como un acto de generosidad. No olvides que el trabajo en equipo es uno de los valores indiscutibles en la empresa, fomentarlo caracteriza a los buenos líderes. 2. En el segundo minuto relájate… consolida el impacto de la primera fase. Fontenla señala que «una dosis razonable de autoventa para que se fijen en ti puede ser un buen apoyo, pero es estéril e incluso contraproducente si no hay una buena base». Llega el momento de poner nombre a tus logros pasados y aspiraciones futuras. «La alta dirección presta una atención especial cuando el diálogo se centra en un tema prioritario de negocio, como oportunidad que apunta a la propia estrategia o por ser un problema existente que compromete el futuro. Un comentario acertado sobre estos temas conforma una buena imagen y suma puntos». López-Quesada también apunta que «estamos en el mundo de las percepciones, donde no nos podemos limitar a desarrollar nuestro valor en el día a día, sino que tenemos que conseguir que además tenga un impacto en la organización y sea percibido como algo real». Demuestra que conoces lo que lleva aparejado un ascenso y tu disponiblidad para viajar y asumir en un corto plazo una nueva misión. Y si este tipo de comentarios refuerzan tus objetivos, evita los relacionados con el tema económico que, según Fontenla, pueden erosionar una candidatura: «Reaccionar preguntando por ‘cómo se llama’ la nueva responsabilidad puede proyectar una imagen oportunista del promocionable. Un ascenso supone una mejora salarial, pero no es necesario tratar este tema de inmediato». 3. Pon el punto final a tu conversación de la misma manera en que se inició: con motivación y entusiasmo. Fontenla concluye que «ascender a una persona supone dejar de lado a otras que podrían ser apropiadas y tienen sus expectativas. Es el momento de demostrar ganas, ilusión y compromiso. Si partimos de candidatos promocionables con una buena base, el apartado emocional terminará de decidir».

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Tres minutos de gloria es todo lo que necesitas para conseguir un ascenso. El tiempo que dura un viaje en ascensor o una canción puede cambiar el rumbo de tu carrera. Eso sí. De nada te servirá ser un estupendo vendedor de tí mismo si no avalas con hechos concretos y contrastables todo tu potencial. Avanzar una posición en la pirámide profesional es la llegada a la meta de una carrera de fondo de la que tú eres el único responsable. Andrés Fontenla, fundador de Fontevalue Consulting, advierte de que «la clave para progresar en el trabajo y tener una carrera ascendente es tener un buen rendimiento, saber resolver los retos que se plantean continuamente y contar con buenas cualidades. No depende tanto del mito de hacer la pelota al jefe o de ser muy buen político». Si crees que estás preparado y que te has ganado un ascenso, antes de abrir la puerta del despacho de tu jefe, prepárate a fondo para aprovechar tus tres minutos: 1. Debes tener muy claro en qué empresa trabajas y hasta dónde puedes aspirar. Confirma que tus objetivos profesionales son factibles en tu organización. Gerardo López-Quesada, director de experiencia de cliente de DeCV&Partners, afirma que «la cultura de cada compañía determina qué comentarios son aceptables y cuáles están fuera del parámetro de dicha cultura». Según Fontenla, este primer minuto resulta crucial para dejar claro que eres resolutivo, planificador, que cumples tus objetivos y que también sabes emprender». Lo último queda patente desde el momento en que eres el que da el primer paso: eres tú quien solicita el ascenso. Demuestra resolución al presentar tu candidatura de forma ordenada, que quede claro que la planificación es algo que dominas. López-Quesada añade que la receta para un buen comienzo «consistiría básicamente en establecer una relación de causa efecto entre los atributos de tu propia marca personal y el beneficio que obtendrá tu empresa o la persona que pueda proponer tu ascenso». Recuerda que, aunque eres el protagonista absoluto de la historia, si haces ver que la organización y otros pueden ganar con tu ascenso es posible que sea visto como un acto de generosidad. No olvides que el trabajo en equipo es uno de los valores indiscutibles en la empresa, fomentarlo caracteriza a los buenos líderes. 2. En el segundo minuto relájate… consolida el impacto de la primera fase. Fontenla señala que «una dosis razonable de autoventa para que se fijen en ti puede ser un buen apoyo, pero es estéril e incluso contraproducente si no hay una buena base». Llega el momento de poner nombre a tus logros pasados y aspiraciones futuras. «La alta dirección presta una atención especial cuando el diálogo se centra en un tema prioritario de negocio, como oportunidad que apunta a la propia estrategia o por ser un problema existente que compromete el futuro. Un comentario acertado sobre estos temas conforma una buena imagen y suma puntos». López-Quesada también apunta que «estamos en el mundo de las percepciones, donde no nos podemos limitar a desarrollar nuestro valor en el día a día, sino que tenemos que conseguir que además tenga un impacto en la organización y sea percibido como algo real». Demuestra que conoces lo que lleva aparejado un ascenso y tu disponiblidad para viajar y asumir en un corto plazo una nueva misión. Y si este tipo de comentarios refuerzan tus objetivos, evita los relacionados con el tema económico que, según Fontenla, pueden erosionar una candidatura: «Reaccionar preguntando por ‘cómo se llama’ la nueva responsabilidad puede proyectar una imagen oportunista del promocionable. Un ascenso supone una mejora salarial, pero no es necesario tratar este tema de inmediato». 3. Pon el punto final a tu conversación de la misma manera en que se inició: con motivación y entusiasmo. Fontenla concluye que «ascender a una persona supone dejar de lado a otras que podrían ser apropiadas y tienen sus expectativas. Es el momento de demostrar ganas, ilusión y compromiso. Si partimos de candidatos promocionables con una buena base, el apartado emocional terminará de decidir».

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