¿Qué diferencia a un buen jefe de uno malo?

¿Qué diferencia a un buen jefe de uno malo?

¿Cuál es la definición de un buen gerente? Podríamos decir que son las personas que gestionan los equipos de forma humana. Lideran de forma instintiva e intuitiva y se permiten momentos distendidos con sus empleados.Igualmente, también suelen marcar límites y mostrar autoridad cuando es conveniente. Ante la queja de un cliente asumen ellos la responsabilidad y ante el logro de un empleado, lo reconocen públicamente y le ceden todo el protagonismo.Aunque parezca muy fácil, la realidad actual demuestra que en cuestiones de liderazgo aún nos queda mucho por aprender.
Por este motivo, es más fácil encontrarnos con historias truculentas de los responsables, y si somos honestos, aunque todos nos podemos equivocar, hay gestores pésimos en todas partes. ¿Por qué son tan comunes estas historias horribles o disparatadas sobre nuestros gerentes? Revelamos las cinco mayores diferencias entre buenos y malos gestores:

1. Los buenos gerentes asumen que sus empleados están tratando de hacer lo correcto

Los líderes mediocres siempre presuponen mala intención. Todos son sospechosos, y cuando algo va mal se afanan a descubrir el culpable y reprenderle públicamente o penalizarle. Por lo contrario, los buenos gerentes se toman su tiempo para reflexionar y se centran en pensar soluciones: «Ah! ¿De manera que el cliente estaba enojado? ¿Qué podemos aprender de eso? ¿Qué podemos cambiar en nuestro proceso o nuestra comunicación para mejorarlo? » En estos casos, la mentalidad es constructiva y abierta al cambio y la mejora.

2. Los buenos gerentes entienden la conexión entre la pasión y el rendimiento

Cuando un miembro de su equipo le propone una idea, el buen líder sabe que su principal cometido es despejar los obstáculos, no ponerlos. Nunca dicen «No se corresponde con nuestra política.» En su lugar, dicen «No hay una política que se interponga en nuestro camino. Déjame consultarlo con algunas personas y ver cómo podemos hacer que funcione».Por su lado, los malos gestores no quieren trabajar tan duro por las ideas ajenas. Dicen «¿por qué te molestas? Eso nunca lo aceptarán, se sale de nuestra política» y aconsejan al empleado a centrarse en sus tareas diarias.

3. Los buenos gerentes no se ahogan en un vaso de agua

Su pensamiento siempre está en el equipo, la empresa y su gestión. Los responsables mediocres, en cambio, pierden el tiempo en cosas pequeñas y evitan afrontar los grandes proyectos u objetivos.Invierten más tiempo enviando correos electrónicos a sus compañeros de equipo recriminando la impuntualidad o reclamando informes, que no en su propio trabajo de gestión. Tampoco valoran las horas extra de sus empleados, simplemente quieren resultados, sin ver más allá.

4. Los buenos líderes confían tanto en sí mismos como en sus empleados

Los malos gerentes no confían en sí mismos y por lo tanto, tampoco en los miembros del equipo. Están en constante alerta por si alguien se equivoca y en cuanto sucede, no tardan en recriminarlo. En cambio, un buen líder es aquél que muestra seguridad en sí mismo y en sus equipos y por eso es capaz de delegar proyectos y tareas importantes.

5. Los buenos gerentes dicen la verdad, incluso cuando es difícil de hacer

Cuando algo se tuerce, un buen líder reconoce sus errores mientras los malos administradores callan. Tienen miedo a ser la nota discordante y a ser juzgados. En otras palabras, no saben qué es el liderazgo: todo lo que saben es la gestión de la vieja escuela, basado en el «ordeno y mando». Ninguna empresa puede tener éxito sin una visión compartida por todos los miembros del equipo, una comunicación bidireccional entre responsables y empleados y unliderazgo basado en la confianza y empatía con los demás.

vía: TalentStreet

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